viernes, 11 de septiembre de 2015

Le mépris (1963) Jean-Luc Godard

La fotografía es extraordinariamente limpia y sencilla, muy hermosa (contribuye el paisaje y la famosa casa Malaparte), de exquisito cromatismo (perfecta la elección de los colores y la dirección artística), muy elegante y cool (¡F. Lang actuando!), cargada de sensualidad (BB está pletórica -aunque me resulte inexpresiva...- pero me quedo con M. Piccoli, ultrasexy con y sin camisa, en su perfecto punto de maduración, aunque no se quite el sombrero ni en el baño y acabemos hartos de verlo fumar pitillos en todos los planos)... Sin embargo, la historia me resulta floja (no conozco el texto de Moravia) y sobre todo me falta carne en las interpretaciones (no me conmueve esa Camille/poupée sin matices que dice muy poco con la mirada). Sí lo hace la música de George Delerue. Y Michel Picolli...

************************************
Cine dentro del cine...
 Perfecto cuidado del color
 Más cine y metacine...
Y de nuevo, los colores ...

Y Michel Picolli...
 Y el culo de BB
 Y Michel Picolli...
 Y más cine dentro del cine.
 Y Michel Picolli...

miércoles, 2 de septiembre de 2015

The piano teacher (2001) Michael Haneke

[CAUTION! Si no la has visto no sigas leyendo: hago espóiler y destripe...]

Buscando otra película encontré a Zizek hablando de ésta en los términos que traduzco y resumo -¡su inglés se entiende!: "Durante probablemente una de las escenas de sexo más deprimentes de la historia del cine [yo aquí disiento: las he visto más tristes], Erika consigue hacer realidad sus fantasias sexuales (mayormente masoquistas). Pero la fantasía es en sí la explosion de deseos irrealizables, así que cuando su amante, casi para castigarla por haber descrito su deseo en una carta, lo realiza exactamente, Erika perderá su fantasía. Cuando una fantasía se desintegra consumada no se obtiene/deviene una realidad sino algo, extra-ordinario, demasiado traumático como para poder ser experimentado como realidad ordinaria; sería otra definición de pesadilla: ese paraiso perverso es el infierno."

¿"Cuidado con lo que deseas" concluye Zizek? Más allá, no podemos extrapolar demasiado un comportamiento y neurosis tan extremos como los que han llevado a la protagonista a dormir con su madre, auto-herirse, o esnifar kleenex manchados de semen para excitarse: Erika ya está demasiado locaaaa... (Isabelle Huppert resulta magnética como el abismo) "No tengo sentimientos y aunque un día los tenga nunca triunfaran sobre mi inteligencia": su rígida declaración de intenciones cortocircuita, puramente semántica, en la escena final, la representación de la "herida del desamor" más perturbadora y terrorífica, más salvaje y hermosa (por la intensidad simbólica que alcanza de forma tan simple) que probablemente veré jamás. 


Como siempre, sobran mis palabras: las imágenes lo han dicho todo primero:

 ***

La obsesión por la perfección

 
 ¿Qué es el amor?
Erika  ¿aprende? a excitarse.
El conflicto: ¿existe animal o cosa que pudiera permanecer incommovible frente a B. Magimel?
Puertas cerradas
guardo las manos...

La fantasía ¿realizada?
 El corazón roto (sublime I. Huppert...)