Visualmente no me parece memorable
-quizá precisamente por la sencillez y limpieza con que filma-, pero sí
lo son sus suculentos diálogos, su afiladísimo
y agridulce cuestionamiento de las costumbres, del ser social y
urbanita en montañas de diálogos y palabras… ¡Pero qué deliciosas -como
morder una fresa-, estimulantes y entretenidas todas sus pelis…!