viernes, 17 de julio de 2015

SERIES: Black Mirror

El pasado invierno vi Juego de Tronos y durante unas semanas su guión shakespeariano con superproducción fantástica me devolvió al pasado, a la infancia, y me distrajo la tristeza.

A principio de este año, seguía viviendo en la inopia más infantil, cuando vi Breaking Bad y la violencia del guión, montaje, música y progresión trepidantes me devolvieron a la realidad y a mi maldito siglo; pero también la energía y las ganas de trabajar.

Ahora estoy viendo el futuro a través de la serie británica Black Mirror -en Youtube está completa-... Con la boca abierta...

Nada será lo que parece en la era de internet. Podrás manipular las pruebas para que se ajusten a tu mejor cara: por fin controlarás los filtros que embellecen tu vida, ilustrada y publicada profusamente. Nunca fue tan público lo que era privado y sin embargo nunca fue lo privado tan sencillo de amañar... A ver, ¿quién no siente que su alma es en el fondo la de un artista?: aunque nunca te atrevieras a intentarlo, aunque no tengas talentos, aunque no produzcas ningún tipo de "contenido", la red te lo hará sentir; podrás conseguir simulacros de aplauso, protagonizar tu propio RealityShow, tener tu propio club, o teatro, y decorarlo a tu gusto o al que creas que es el buen gusto; podrás sentirte profund@, intelectual, poeta; citar a quien no leiste, vestir con su cara la tuya, arrimarte a su valor. Desde casa, en zapatillas, podrás acumular fans, amigos, mujeres, hombres, seducir, y hasta comprometerte; todo ilustrado públicamente ante gente a la que no conoces, aunque, por supuesto, juzga, aunque sea en silencio, pero porque tú la invitas. Cuando te canses del rol, o si se te va de las manos, resultará muy fácil escabullirse sin mirar a los ojos, sin mancharte un sólo dedo, sin pronunciar palabras; podrás cambiar tu avatar, tu perfil tu identidad; o bloquear literalmente el pasado, testigos de lo que fuiste y quién eres; podrás ajustar coartadas y propagar versiones, arrancar meses, años, páginas, re-escribir, re-dedicar, reasignar, renombrar... Reset. Y listo: podrás volver a empezar. Y, para cuando vuelvas a preguntarte quién eres, cuál es tu naturaleza real, podrás almacenar tus recuerdos en videos a los que recurras cuando te aburras, o para justificarte, o para engañarte, o para calentarte...

Lo sé... Nada de ésto parece el futuro, porque ya está sucediendo ahora. Black Mirror sólo nos lo escupe a la cara.


ADENDA: ¿Qué perderemos, qué estamos perdiendo? La vida.