martes, 14 de abril de 2015

L'Année dernière à Marienbad (1961) Alain Resnais

Enseguida, todo resulta cinéticamente fascinante: el mismo discurrir del texto desde el inicio (otra vez en letanía y lo primero que me asombra: tiene entidad propia, calidad literaria) avanzando en travellings que se deslizan por encuadres perfectos entre actores inmóviles, de modo que es la cámara/el espectador quien está en movimiento, no el tiempo filmado, que aparece detenido. Kafkiana, onírica, lenta, espesa, hermosa. Sensual (me interesa mucho que no busque narrar nada). Envolvente. Memorable como un haiku, una sensación, un perfume: indefinido, inefable, pero extrañamente persistente.

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(Publicistas de la primavera y gentes del mundo todas: definitivamente, la vida sería más soportable en voluptuoso blanco y negro: renunciad al colorín, por dios.)

Con la música adecuada, mi valoración hubiera sido la máxima, pero la banda sonora (ese órgano irritante) me parece un enorme error y un horror.