martes, 17 de marzo de 2015

La mujer del aviador (1981) Eric Rohmer VOSE

¡Y venga otra mujer repelente!

Para sus cosas, Anne tiene la sensibilidad de un desollado, y reclama respeto, atención y consuelo, sin embargo, le importa un pepino la sensibilidad de su entregado amante. Anne está enganchada a un hombre que no la ama y se queja de sus maltratos; sin embargo, a su vez, desprecia y maltrata a otro hombre, enganchado a ella, y que a su vez, conoce a otra que podría quererlo... Loop de dominó en cascada, escalera imposible de Penrose, eterno retorno de la pescadilla -cada vez menos fresca- de nuestra estupidez.

Me pasma cuánto sabe Rohmer de los diálogos inutiles y de las frases hueras de nuestra lamentable y dolorosa vida sentimental; cómo retrata cobardías y errores con la frescura y ligereza de la vida misma, que pasa por encima de nosotros, y de vez en cuando aplasta, sin inmutarse, hormigas drogadas de ego que se sueñan dioses.

[3.5]
Y qué bonita, de barrio y verdadera, retrata a la ciudad de Paris.