miércoles, 6 de mayo de 2015

Mommy (2014) Xavier Dolan

¿Ya dije que no soporto a los adolescentes? Ya están perdidos. Ya los perdieron: ¿ya dije que no soporto a sus madres?

"A los 20 años, a X no le interesaba la lectura ni siquiera de los prospectos de los anticonceptivos. Su idea de una vida intensa se concentraba en hacer muchas compras, vestirse de tarta, decorar casa propia y seguir jugando en libertad y a más nivel a príncipes y princesas; a papás y a mamás... Al tercer año de la vida del pequeño x se arrepintió. Al fin y al cabo, la tele y las revistas femeninas se hacían cargo de su recién descubierta inquietud: "no te basta ser madre: necesitas realizarte", "porque tú lo vales"; X se convenció enseguida de que merecía más que aquella rutina con la que no contaba. Y se enviudó y se divorció quedándose con la casa, el ajuar, la pensión de aquél hombre que en el fondo -ella estaba segura- no la merecía, y su hijo: único hijo. Su capricho, inconsciente o voluntario, su juguete, su experimento, su justificación. Único error irreparable a estas alturas que afrontó con orgullo y dedicación (al fin y al cabo, la tele y las revistas femeninas ya se hacían cargo de su nuevo estatus de "Madre Soltera y Trabajadora" ).

Justificando, de paso, su afición a los centros comerciales, X siguió retándose a ser la mejor progenitora: con mucho esfuerzo y trabajo duro, se lo dió todo a ese niño; lo mejor, para su "campeón", especial, genio, "probablemente superdotado -pensaba ella para sus adentros-, como su madre". Se lo consintió todo creyendo que su sola condición (de madre) y su amor ciego garantizaban alguna clase de juicio ("a mi hijo sólo lo castigo yo", "a mi hijo sólo lo comprendo yo", dejaba establecido entre los familiares o enfrentándose a profesores ante cualquier conflicto y en presencia del niño). Para entonces x ya llevaba francamente mal cualquier frustración y su falta de paciencia y caracter caprichoso le proporcionaron un temprano diagnóstico THDA con su correspondiente dosis diaria de pastillas que no hicieron más que agravar desconciertos en aquél cerebro químicamente aún sin formar.

De acuerdo con las ideas modernas sobre educar en libertad divulgadas por la tele y los decálogos de las revistas femeninas, X quiso ser más que una madre, una amiga de su hijo en cuanto empezó a crecer -en aquél preciso instante ¡ay! dejó a su hijo sin madre. Y siguió mezclando compadreos de camarada, con sermones pedagógicos tan reducidos y convencionales como su biblioteca, los libros de autoayuda o el horóscopo semanal. Y así, entre la buena voluntad de irreparables excesos y exhibiciones de amor, desnudos naturales y confianzas fuera de lugar, niños  participando en problemas de adultos, intimidades compartidas,  padrastros aspirantes metidos en casa el primer mes (al fin y al cabo, la la tele y las revistas se hacían cargo también del estatus de "Madre Soltera, Trabajadora y Con Derecho a Vida Sexual") x fue creciendo junto a su amiga madre. Hace falta más de un hijo para que esa relación no se vuelva indefectiblemente enfermiza: x acabó perdiendo el norte y confundiendo a su madre con las mujeres y a las mujeres con su madre. A falta de más ejemplo que la tele o el lado más memo de internet (ningún niño lee si no copia a un adulto al lado con un libro abierto), x se dedicó a mirarse en los espejos y a buscar modelos no precisamente entre los grandes pensadores. [...]"

El final de la historia raramente varía (lo he visto demasiadas veces: no por lista, sino simplemente porque empiezo a ser vieja), las opciones ni siquiera se excluyen entre sí:

- x buscó siempre la figura de una madre en sus relaciones con mujeres
- x acabó despreciándolas a todas
- x se volvió homosexual
- x estranguló a su madre
- x estranguló al novio de su madre
- x acabó encerrado en alguna institución (psiquiátrica o penitenciaria)
Ni siquiera el género de x variaría el resultado de la historia demasiado: si x fuese niña, a las posibilidades anteriores bastaría añadir una nueva tampoco excluyente:
- x se quedó preñada a los 20 y volvió a empezar el ciclo.

Lamentablemente, pocas veces he visto acabar el cuento con un "x salió huyendo en cuanto pudo...": ningún niño amarrado a una falda puede convertirse en un hombre que se aventure al mundo. Cuando el desconcierto se convirtió en violencia, conozco a muchas Dianes desengañadas que acabaron dando a su hijo por perdido -y sin duda ya lo estaba-, echándole al mundo la culpa de su propia ineptitud y lavándose las manos (al fin y al cabo, la tele y las revistas femeninas también se hacen cargo y dedican secciones a las "Madres Hartas con Derecho a Vida Propia"): otros en el entorno sufrieron las consecuencias.

Cualquier hembra de animal puede parir, educar hombres ya es otra cosa: salta a la vista que algo falla, si el mundo está plagado de locos, imbéciles o canallas a los que educan mujeres. Los niños deberían ser arrancados a sus madres al nacer, entregados en custodia a gente que piensa. Como en Esparta. Y mientras eso no ocurra, seguirán creciendo flores que al segundo se marchitan por falta de riego.


Conozco a un montón de Steves y a muchas de sus Dianes, pero me pregunto a quién está observando aquí Xavier Dolan (niño raro, éste a su vez, salvado: me pregunto si tiene hermanos, madre cuerda, padre no infantilizado cerca -otro día hablamos de ellos, igual de culpables-), de quién se apiada. Nada nos cuenta: en dos horas profundiza menos que algunos telefilms sobre familias monoparentales, o el anterior resumen tosco de un prototipo, la verdad. Y también me sobra extensión de algunas escenas ñoñas o superficiales. Sin embargo reconozco que hay muchas otras y planos casi perfectos; la filmación es espectacular y sofisticada (aquí en los suburbios o las ciudades, la historia de x sería más cutre, y seguramente más interesante), la fotografía, apabullante y la iluminación exquisita. Y lo que más me ha gustado es el formato (me da muchas ideas). ¿Por qué hasta ahora nadie había recortado el cuadro así, al gusto? Acentúa la composición cuidadosa de todos los planos, filmados como pinturas vivas, mayormente retratos o figuras sobre decorados barrocos.

Resumiendo: buena peli que olvidaremos pronto, creo (a mí al menos me falta contenido para forma tan espectacular), pero sin duda a la vista está que a este niño X Dolan lo criaron con la serenidad suficiente como para permitirle desarrollar un talento extraordinario. Estoy segura de que veremos grandes películas suyas en el futuro.


Addenda: Quizá por mis opiniones entre otras cosas, sólo tengo dos amigas (una de ellas, por cierto, madre divorciada de un solo hijo y rara avis, la única que conozco que reconoció un error al que hace frente desde entonces con disciplina, cordura y necesaria distancia emocional). Sin embargo, la ventaja de escribir un blog que nadie lee es que no tengo ninguna necesidad de ser políticamente correcta, tragarme la razón del Cosmopolitan o hacer peña con gente sólo por el hecho de tener lo mismo entre las piernas.